Antes del despido del CEO de OpenAI, Sam Altman, el pasado viernes 17 de noviembre, un grupo de investigadores de la empresa envió una carta al consejo directivo advirtiendo sobre un descubrimiento no reportado en IA que podría representar una amenaza para la humanidad, según fuentes de Reuters. La carta, previamente no divulgada, y un algoritmo de IA fueron desarrollos clave antes de la destitución de Altman.
OpenAI confirmó la existencia del proyecto denominado Q* y de la carta al consejo. Algunos en OpenAI creen que Q* (pronunciado Q-Star) podría representar un avance en la búsqueda de lo que se conoce como inteligencia artificial general (IAG), según una de las fuentes. Aunque solo realiza matemáticas a nivel de estudiantes de primaria, el éxito en tales pruebas hizo que los investigadores fueran muy optimistas sobre el futuro éxito de Q*.
En su carta, los investigadores destacaron la destreza y el riesgo potencial de esta IA, sin especificar las preocupaciones exactas. Además, se señaló que un equipo de “científicos de la inteligencia artificial” exploraba la optimización de modelos existentes.
Antes del regreso triunfal de Altman el pasado martes 21 de noviembre, más de 700 empleados de OpenAI amenazaron con renunciar y unirse a Microsoft en solidaridad con él.