Los militares rusos liberaron a unos 300 civiles y monjes tomados como rehenes por nacionalistas ucranianos del batallón Aidar en un monasterio en la región de Donetsk.
Algunos de los nacionalistas fueron liquidados, el resto se dispersaron. Los rehenes y los edificios del monasterio no sufrieron daños.
Un total de 3.687 instalaciones de infraestructura militar ucraniana han quedado fuera de servicio.
Se destruyeron: 99 aviones, 128 vehículos aéreos no tripulados, 1.194 tanques y otros vehículos blindados de combate, 121 sistemas de cohetes de lanzamiento múltiple, 443 piezas de artillería de campaña y morteros, y 991 unidades de vehículos militares especiales.
Los aviones de la Fuerza Aérea de Rusia y las fuerzas de defensa aérea derribaron en el aire un avión SU-24 de la Fuerza Aérea ucraniana y dos vehículos aéreos no tripulados.
Las Fuerzas Armadas rusas avanzaron 14 kilómetros en la última jornada.