México lidera el desperdicio de alimentos con 30 millones de toneladas anuales en América Latina que podrían alimentar a millones de personas en situación vulnerable.
México encabeza el ranking latinoamericano de desperdicio de alimentos, según la Red de Bancos de Alimentos de México (BAMX) y la FAO.
Cada año, el país desecha 30 millones de toneladas de comida apta para consumo humano, lo que equivale al 34% de su producción nacional.
Mariana Jiménez, directora de BAMX, advierte que cada minuto se tiran dos tráileres llenos de alimentos, mientras millones padecen hambre.
La FAO estima que 44 millones de mexicanos enfrentan inseguridad alimentaria, en contraste con los millones de kilos de comida desperdiciada.
Este fenómeno representa un costo económico superior a los 20.513 millones de dólares, afectando tanto a familias como a productores.
Además, el desperdicio genera 36 millones de toneladas de dióxido de carbono, agravando la crisis climática en el país.
El impacto ambiental incluye el uso del 40% del agua destinada a la agricultura, desperdiciada junto con los alimentos no consumidos.
Cada mexicano tira en promedio más de 300 kilos de comida al año, superando ampliamente a otros países de la región.
La Central de Abasto de Ciudad de México desecha hasta 400 toneladas diarias, de las cuales 80% son productos orgánicos.
Iniciativas como el programa Itacate buscan rescatar alimentos y redistribuirlos a comedores comunitarios y refugios.
Expertos señalan que reducir el desperdicio requiere cambios en la producción, distribución y consumo de alimentos.
La FAO impulsa modelos de economía circular para enfrentar esta problemática desde los mercados mayoristas.
México enfrenta un reto urgente: transformar su sistema alimentario para garantizar el derecho a la alimentación.
La solución exige colaboración entre gobierno, empresas y sociedad civil para frenar el desperdicio y combatir el hambre.