La ASF ha detectado un patrón de corrupción y desvío de recursos en el programa federal para evitar contagios por VIH.
Desde hace 10 años por los menos se tienen registros de entrega de recursos a ONGs para campañas qué nunca se realizaron y no se devolvieron los recursos a las arcas públicas.
De igual forma la SSA cayó en negligencia para la entrega del medicamento a personas enfermas de Sida, lo que ocasionó qué grandes lotes de retrovirsles caducaron y tuvieran qué ser tirados a la basura.
Del 2008 al 2018 la ASF documentó la compra de 750 combinación de medicamentos, muchos de los cuales eran inadecudos y obsoletos, pues fueron desarrollados a principios de 1980.
En algunos estados hubo saturación de retrovirales pues las compras de estos medicamentos respondían a una cuestión de negocios y no de salud, lo que ocasionó qué sé echaran a perder en las bodegas.
El robo de condones fue otra constante durante estos 10 años documentados, muchos se repartieron sin control ni estrategia, haciendo difícil l trazabilidad de su eficacia para el fin del programa mismo.
La revisión de los expedientes clínicos de pacientes con tratamiento antirretroviral comprobó que el 100% no tenía la constancia de no ser derechohabiente del IMSS o ISSSTE, otro 33.3% no se encontraban registrados en el Sistema Salvar –que es el sistema de administración de los medicamentos antirretrovirales– y el 20% no contaba los estudios de carga viral, lo que hizo concluir que los datos no eran reales.