Turista mexicano con visa es detenido en alcatraz de los caimanes. Es el caso de Carlos Martín González, detenido en EE.UU. por infracción vial.
Carlos Martín González, mexicano de 26 años, se detuvo el 7 de julio en Florida por una infracción de tránsito mientras viajaba con visa de turista válida.

La Patrulla de Carreteras lo arrestó tras descubrir que el vehículo en el que viajaba no tenía registro válido, lo que derivó en una “retención migratoria”.
A pesar de no tener antecedentes penales, se trasladó al centro de detención “Alligator Alcatraz”, ubicado en una zona pantanosa entre Miami-Dade y Collier.
Este centro, inaugurado en 2025 por el gobierno de Donald Trump, se critica por sus condiciones extremas y aislamiento total de los detenidos.
Carlos permanece incomunicado, sin acceso a abogados, visitas familiares ni contacto con autoridades consulares mexicanas, según denunció su padre a Univisión.
La familia afirma que no se le ha asignado número de caso migratorio, lo que impide cualquier defensa legal o intervención diplomática efectiva.
El joven solo ha podido realizar llamadas prepagadas de cinco minutos, sin privacidad ni garantía de confidencialidad, según reportes de medios estadounidenses.
Activistas y congresistas han denunciado condiciones inhumanas en “Alligator Alcatraz”, como hacinamiento, alimentos en mal estado y temperaturas extremas.

El centro se construyó en ocho días y puede albergar hasta cinco mil personas; está rodeado por caimanes, serpientes y un cerco de alambre de púas.
James Uthmeier, fiscal general de Florida, defendió su ubicación como “eficiente y de bajo costo”, minimizando las críticas sobre derechos humanos.
La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, envió una nota diplomática exigiendo la devolución inmediata de mexicanos detenidos en ese centro.
Sheinbaum comparó “Alligator Alcatraz” con Guantánamo y afirmó que la migración no se resuelve “con muros ni cocodrilos”.
El padre de Carlos viajó desde México a Florida, pero no ha logrado verlo ni obtener información oficial sobre su situación legal.
La familia insiste en que Carlos ingresó legalmente a Estados Unidos y que su detención es injustificada y desproporcionada.
Hasta ahora, las autoridades estadounidenses no han emitido declaraciones públicas sobre el caso ni han explicado la prolongada retención.
El caso ha generado indignación internacional y reabre el debate sobre el trato a migrantes con estatus legal en Estados Unidos.