Trump, Musk, DOGE y el fin de la democracia

Trump, Musk, DOGE y el fin de la democracia sintetizan la debacle de la política estadounidense en los estertores de la hegemonía.

Hace unos días Elon Musk, el magnate tecnológico enquistado en la cima del movimiento trumpista, anunció que el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE) organizaría un “hackathon”.

Esto con el fin de transformar, modernizar y centralizar los sistemas del Internal Revenue Service (IRS).

El cual es mejor conocido como el Departamento de Hacienda de Estados Unidos bajo una única “mega API”. 

Lo anterior ha hecho sonar las alarmas de diversos especialistas en seguridad cibernética, administración pública y protección de datos personales.

Ya que consideran que la medida conlleva una serie de riesgos que pueden poner en peligro los derechos y las libertades personales de la población, pero ¿por qué?

En este momento seguramente te preguntarás cosas como ¿qué es una API, un hackathon o el DOGE?

Y más aún, ¿para qué quiere hacer esto Musk? ¿cómo podría beneficiar esto a los intereses del trumpismo?

Y más aún ¿por qué es un riesgo para su población?

El Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), nacido de una Orden Ejecutiva de Trump y no de un proceso deliberativo e institucional del congreso.

Sino que tiene como propósito el reducir el gasto federal, eliminar lo que la administración Trump caracteriza como “desperdicio, fraude y abuso”.

Así como modernizar la tecnología y los procesos gubernamentales en la administración pública.

La palabra clave con el DOGE y su instrumentalización política es la eficiencia.

Ya que realmente ésta no es el fin, sino el medio mismo, cuyo objetivo real responde al proyecto de nación de Trump.

Que es uno donde la democracia es un inconveniente y la institucionalidad es un estorbo. 

El papel del DOGE y Musk en el proyecto político de Trump es el de desmontar los pilares de la burocracia tradicional de Estados Unidos.

La amenaza: Trump, Musk, DOGE y el fin de la democracia

Esta idea se desprende de una cosmovisión cercana a la ideología denominada “Ilustración Oscura o Dark Enlightenment”. 

La Ilustración Oscura es una corriente de pensamiento formulada por Curtis Yarvin (alias Mencius Moldbug), la cual ha ganado gran popularidad en diversos sectores de Silicon Valley.

Esta perspectiva considera que la democracia liberal es una tecnología obsoleta, ya que para Yarvin, el gobierno debe gestionarse como una corporación privada.

Es decir, con un “CEO” fuerte y sin controles parlamentarios, así como con la población como clientes más que como ciudadanos soberanos.

En este marco la burocracia es un estorbo, la igualdad un mito y la libertad solo es alcanzable mediante el orden jerárquico que da el poder y el dinero. 

Uno de los elementos principales de la ideología de Yarvin consiste en la estrategia de despedir a todos los empleados gubernamentales (RAGE).

Tal estrategia encuentra en el DOGE su expresión más concreta: despidos masivos, cierre de oficinas, fusiones forzadas de agencias, y debilitamiento del control interno.

A esto se le suma una narrativa tecnológica que enmascara el autoritarismo: se habla de “algoritmos”, “inteligencia artificial” y “optimización”.

Tal cual para justificar decisiones que en realidad reconfiguran el equilibrio de poder entre el Estado y la clase empresarial.

Se promete eficiencia, pero se instala vigilancia; se promete modernización, pero se cancela el pluralismo, ya que sólo tienen espacio quienes piensen como ellos.

Es en este contexto en donde la propuesta de Musk de crear una mega API para el IRS tiene lugar.

Primero, un hackathon es un evento en el que programadores y otros profesionales se reúnen para colaborar en el desarrollo de proyectos en un tiempo limitado.

Mientras que una API es una Interfaz de Programación de Aplicaciones que se compone de un conjunto de reglas.

Así como de protocolos y herramientas para permitir que diferentes sistemas o aplicaciones se comuniquen entre sí.

Con DOGE y el IRS esto significa que Musk quiere diseñar una interfaz centralizada con los datos del departamento de hacienda estadounidense.

Para lo cual ha sugerido que recurriría a los servicios de Palantir, una empresa de análisis de datos y vigilancia digital.

Que está cofundada por otro magnate de la tecnología: Peter Thiel, cuya empresa lleva tiempo trabajando con el gobierno de Estados Unidos. 

Evidentemente esto ha desatado críticas por sus riesgos de seguridad, plazos irrealistas y conflictos éticos.

Ya que se advierte que integrar información sensible (como declaraciones de impuestos y números de seguridad social) en una plataforma única.

Y desarrollada en solo 30 días -como ha prometido Musk-, podría generar filtraciones masivas, colapsar sistemas obsoletos del IRS y facilitar el uso político de los datos.

Además, la falta de transparencia de DOGE y los vínculos de Musk con empresas como Palantir generan temores sobre vigilancia masiva y beneficios privados con información gubernamental.

En este punto es importante señalar que uno de los empresarios tecnológicos más afines a la ilustración oscura es Peter Thiel.

Quien no sólo ha financiado e invertido en los proyectos de Yarvin, sino que ha sido el principal benefactor político del vicepresidente de Estados Unidos, J.D. Vance.

Además, Thiel también ha tenido diversos periodos de cercanía con Elon Musk, los cuales se conocen desde que éste cofundó PayPal y ambos trabajaban ahí. 

En términos políticos, DOGE no es solo un experimento tecnocrático, también es un vehículo ideológico.

Ya que Thiel, Musk y Vance han promovido un nuevo paradigma donde los intereses privados determinan la orientación del Estado.

Es así como el debilitamiento de la burocracia, la concentración de datos en manos de actores sin supervisión democrática y la sustitución de reglas por “soluciones de software” son síntomas de una transformación profunda sustentada en una ideología profundamente antidemocrática.

En conclusión, el DOGE es más que una agencia, es la institucionalización de una doctrina que aspira a reemplazar la democracia liberal por un modelo gerencial elitista.

Es así como bajo el discurso de la eficiencia se está articulando un asalto sistemático a los contrapesos del poder, al funcionariado profesional y a la transparencia pública.

El riesgo es claro: que el “reseteo” tecnocrático del Estado se convierta en su silencioso desmantelamiento y que este modelo sea emulado a nivel internacional. 

Por Ernesto Ángeles para Infodemia MX

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