Maestra taxista acribillada revela probable nexo taxistas y narcos

Maestra taxista acribillada revela probable nexo taxistas y narcos, otra rama del crimen organizado en México.

La maestra jubilada y taxista veracruzana Irma Hernández Cruz fue secuestrada el 18 de julio en Álamo Temapache por el grupo criminal “Grupo Sombra”.

Horas después, circuló un video donde aparece arrodillada, rodeada por hombres armados, obligada a exigir a sus colegas taxistas el pago de extorsiones.

“Con la mafia veracruzana no se juega”, dijo Hernández en el video, advirtiendo que quienes no paguen podrían terminar como ella.

El 24 de julio, autoridades hallaron su cuerpo sin vida en una choza abandonada en Tepetzintlilla, Veracruz; forenses confirmaron que murió de un infarto por violencia sufrida.

La gobernadora Rocío Nahle declaró que la maestra sufrió violencia durante su cautiverio, lo que provocó el infarto que le quitó la vida.

Durante el operativo se localizaron armas, chalecos antibalas y vehículos, pero los agresores huyeron antes de capturarse.

Días después, se detuvo a Víctor “N” alias “El Cholo” y José “N” alias “El Gastón”, presuntos miembros del Grupo Sombra implicados en el crimen.

El caso generó indignación nacional y expuso la vulnerabilidad de los taxistas ante el crimen organizado, especialmente en zonas rurales de Veracruz.

Según investigaciones recientes, algunos taxistas en México están cooptados como narcomenudistas, halcones o distribuidores de droga.

En Quintana Roo, taxistas se vinculan con la venta de narcóticos a turistas, operando como parte de redes criminales locales.

La Fiscalía de Querétaro también detuvo conductores de taxi con drogas en posesión, evidenciando su participación en narcomenudeo.

Estos vínculos convierten a los taxistas en blanco de ajustes de cuentas entre cárteles rivales, como ocurrió con Irma Hernández.

La DEA reporta que cuatro cárteles operan en Veracruz: CJNG, Cártel del Golfo, Cártel de Sinaloa y Cártel del Noreste.

El asesinato de Irma Hernández refleja cómo el crimen organizado usa el miedo para controlar sectores como el transporte público.

Activistas y ciudadanos exigen justicia y protección para taxistas, quienes enfrentan extorsiones, amenazas y violencia sistemática.

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