El nuevo órden mundial que trata de implementar la Casa Blanca, sin un atisbo de geopolítica ni diplomacia se volverá en su contra muy pronto.
Todos los aliados de Estados Unidos tras el fin de la Guerra Fría, han sido sometidos al mandato del aprendiz de dictador Donald Trump.
Los delicados enroques realizados por políticos expertos como Roosevelt, Truman, Kennedy, Reagan, hoy son simples rescoldos de una era grandiosa para Washington.
Trump acelera vertiginosamente la caída de Estados Unidos como potencia mundial. Sus maniobras imberbes estan sepultando al dólar.

Los escandalos sexuales y de pedofilia del mandatario estadounidense están fracturando al movimiento MAGA desde el interior.
Cuesta creer que el gabinete republicano carezca de estrategas reales o, por lo menos, algún peso medio en la política exterior que arroje luz sobre el actual gobierno.
El comercio y la economía global se tambalean por decisiones incoherentes de la era Trump: la cual mantiene una guerra híbrida contra Rusia y China.
Resultado de ello es el auge de los BRICS como bloque político-económico que ya supera en población mundial y PIB a los Estados Unidos.
No dudo que Europa termine alejada de Washington en el mediano plazo. Inclusive se visualiza la ruptura de la Unión Europea por la sumisión a las órdenes de Trump.
La misma ruta tomarán múltiples naciones asiáticas, africanas y americanas que hoy se mantiene orbitando Estados Unidos por el temor a represalias impensables en otros momentos de la historia.
La caída de la Unión Americana en 2025 es un hecho que se consolida con cada día que Trump permanece en el poder.
Aún no es tarde para cambiar nuestras reservas de divisas en oro que nos den mayor protección ante un escenario de colapso del dólar en los próximos años.
China está lista para dominar
Con un sofisticado armamento y más de 400 ojivas nucleares, China es un actor principal en el escenario mundial.
El tablero de ajedrez en el que juega le está quedando grande a Estados Unidos y a Europa.
Siendo el segundo mayor acreedor de deuda estadounidense, cuesta trabajo pensar que la Casa Blanca ataque un día sí y otro también al gigante asiático.
En tal caso el presidente chino Xi Jinping ha ordenado deshacerse de los bonos del tesoro, lo que causará mayor presión sobre el dólar y elevaría las tasas de interés.
Un golpe frontal a la administración Trump que busca vender la narrativa de poseer una economía en auge a pesar de que las cifras macroeconómicas indican lo contrario.

Washington lo sabe, lo teme y por ello ha permitido una ampliación de 90 días para mediar acuerdos con China para rescatar a los gringos del desastre que se aproxima.
Es por ello que Beijing se lo toma con calma. Saben que tienen las cartas a su favor y controlan los tiempos, pues si de algo pueden presumir es de programar a futuro con precisión.
Recuperando una acotación del Dr. Jesús López Almejo, investigador del Conacyt, Putin y Xi Jinping seguirán gobernando y verán caer a uno por uno de los mandatarios de occidente.
Finalmente, se trata de una carrera contra el tiempo. Y en esa disciplina, China ha demostrado su dominio traducido en potencia comercial y militar.
México se guisa aparte para los Yankees
La presidenta Claudia Sheinbaum logró extender 90 días más de pausa arancelaria con el vecino caótico del norte.
Ante la amenaza de imponer más aranceles a las exportaciones mexicanas que habrían significado menor crecimiento económico y el riesgo de desempleo, la presidenta actuó con cabeza fría para dominar a la bestia.
No carece de mérito la hazaña, tomando en cuenta que Europa en bloque, Japón, Corea y Canadá sufrieron fuertes reveses con aranceles de más de 35% en algunos casos.
La mayor humillación la recibió la Unión Europea que tendrá que comprar gas natural a los Estados Unidos a sobre costo; invertir 600 mil millones de dólares en territorio estadounidense; pagar 15% de aranceles, comprar todas las armas a Estados Unidos y recibir todas las mercancías “Made in USA” sin cobrar un solo centavo.
A los europeos les faltó piso para arrastrarse, y no es para menos con representantes tan indignos como Úrsula von der Leyen, Mark Rutte o Kaja Kallas.
En contraposición, Sheinbaum lidera con el respaldo del 80% del pueblo de México. Un hecho que Donald Trump conoce y envidia pues su administración va en caída libre con tan solo el 44% de respaldo popular.
Aunado a ello, los estadounidenses necesitan de nuestro país para enfrentar la amenaza comercial de China que seguirá inundando a occidente.
Es el momento de México, las empresas gringas no quieren regresar a Estados Unidos y las corporaciones de China buscan instalarse en nuestro país.
El Plan México debe ser la bisagra que abra la puerta a mayores inversiones con transferencia de conocimiento, como lo aplicó China hace 40 años.
La mandataria mexicana seguirá negociando con el gobierno de Donald Trump pero también es importante ganar terreno a otros mercados en el mundo.
Ya vimos que es muy peligroso poner toda nuestra economía en un solo destino comercial.
En 90 días o menos, México deberá obtener un acuerdo que deje satisfechos a ambas partes. Debemos jugar al mismo nivel que lo hacen China y Rusia, desde el conocimiento de nuestro peso en la economía mundial.
Hasta el próximo artículo.
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