Aunque se le somete periódicamente a “tratamientos de belleza”, el Taj Mahal, uno de los monumentos más admirados y fotografiados del mundo, acaba siempre adquiriendo una tonalidad marrón poco favorecedora.
La operación de limpieza consiste en aplicar y retirar capas de arcilla, como si fuera un peeling, sobre la superfice mamórea de ese icónico edificio, mandado construir por el emperador mogol Shah Jahan entre 1631 y 1654 en la ciudad india de Agra.
Los científicos no sabían exactamente de dónde procedía el “enmarronamiento”: quizá se debiera a un proceso de oxidación desencadenado por la humedad de la niebla, o tal vez el mármol sufriera los efectos de la contaminación, en forma de gas sulfuroso. Mike Bergin, del Instituto de Tecnología de Georgia, decidió investigar, y en primer lugar se preguntó: ¿por qué podía limpiarse el Taj Mahal con arcilla y no con agua? El agente contaminante debía entonces estar formado por partículas muy pequeñas, no solubles en agua.
Bergin y sus colegas analizaron el aire de la zona y recogieron muestras de las superficie del edificio para dar con el responsable. Y ahí lo tenían: el suntuoso mármol estaba cubierto por partículas de carbono que absorbían la luz ultravioleta y le conferían ese filtro amarillento-marrón, como comprobaron los investigadores con un modelo informático. Las emisiones de los vehículos y la polución producida al quemar basura y estiércol son, pues, los responsables del afeamiento Taj Mahal, pero también, advierten los científicos en la revista Environmental Science & Technology, de poner en peligro la salud de los habitantes de Agra.
Un rincón histórico
El mausoleo fue construido en el siglo XVII por el emperador mogol Shah Jahan en la ciudad de Agra y ahora es una de las principales atracciones para los turistas de todo el mundo, atrayendo a cuatro millones de visitantes cada año. Reconocida mundialmente como la ciudad del Taj Mahal, esta ciudad real de Mughal también tiene muchos otros monumentos que enfatizan el punto culminante de la arquitectura mogol.
El fundador de la dinastía mogol, Babur, presentó el primer jardín persa formal a orillas del río Yamuna. Akbar levantó las elevadas murallas del gran Fuerte Rojo y, dentro de sus muros, Jahangir construyó palacios, patios y jardines color rosa.
Sin embargo, la gloria de la ciudad es, obviamente, el Taj, un monumento de la imaginación convertido en un “símbolo del amor eterno”. El Taj representa a la India en el mundo adornado por Shah Jahan con mezquitas de mármol, palacios y pabellones con gemas mármol blanco.
El Taj Mahal incorpora y expande las tradiciones de diseño de la arquitectura persa y la arquitectura mogol anterior. La inspiración específica vino de los edificios de Timurid y Mughal, incluyendo; el Gur-e Amir (la tumba de Timur, progenitor de la dinastía mogol, en Samarcanda), la tumba de Humayun y la propia Jama Masjid de Shah Jahan en Delhi.
Durante años, las lluvias monzónicas en Agra fueron suficientes para limpiar la tumba, pero debido al empeoramiento de la contaminación en las últimas décadas, el monumento se ha vuelto amarillento. Los trabajadores utilizan desde hace años una pasta de barro que absorbe la suciedad, la grasa y los excrementos de animales, para eliminar la decoloración.