Ballena vive más de 100 años con un arpón atravesado en la cabeza sin señales de daños mayores en el cetáceo.

En 2007, cazadores de Alaska hallaron un arpón explosivo del siglo XIX incrustado en el cuerpo de una ballena de Groenlandia, causando asombro mundial.
El arma, fabricada entre 1885 y 1895, permaneció alojada en el animal por más de 100 años, revelando una historia de supervivencia extraordinaria y longevidad marina.
Este hallazgo confirmó que la ballena tenía al menos 115 años, respaldando estudios científicos sobre la longevidad de las ballenas boreales en el Ártico.
Las ballenas de Groenlandia figuran entre los mamíferos más longevos del planeta, capaces de vivir más de dos siglos según análisis moleculares y evidencia histórica.
Su recuperación tras décadas de caza intensiva se atribuye a leyes internacionales y a la gestión indígena que protege su hábitat y ciclo de vida.
Con cuerpos que alcanzan los 18 metros y superan las 100 toneladas, estas ballenas son cápsulas vivientes de la historia oceánica y humana.
Las cicatrices que portan narran la era de la caza industrial, cuando fueron perseguidas hasta casi desaparecer por intereses comerciales y tecnológicos.
El arpón centenario representa no solo una reliquia, sino también una prueba física de la resistencia biológica y cultural de esta especie ártica.
Los investigadores estudian sus proteínas oculares para estimar edades, complementando hallazgos como el del arpón con métodos científicos modernos.
Este descubrimiento refuerza la importancia de conservar especies longevas que conectan generaciones humanas con ecosistemas milenarios y memorias oceánicas.
La ballena herida sobrevivió al hielo, a los depredadores y a la violencia humana, convirtiéndose en símbolo de resiliencia natural y memoria histórica.
Su historia inspira respeto por la vida marina y por los esfuerzos de conservación que permiten que gigantes como ella sigan nadando libres.
¡Qué eterno viaje ha tenido esa ballena con su arpón! Parece que la longevidad de estas gigantes no depende solo de la ciencia, sino de su habilidad para actualizar su software biológico con reliquias humanas. Es fascinante ver cómo las cicatrices de la caza industrial ahora funcionan como anillas de compromiso con la historia. Si esas proteínas oculares pueden decir la verdad, ¡probablemente la ballena tiene más chistes que un grupo de científicos! Es un símbolo de resiliencia, sí, pero también de nuestra propia memoria curiosa, como si la especie dijera: Mirad, incluso con un arpón colgando, seguimos aquí para contaros historias. Un verdadero gigante de la información oceánica.laser marking machine