Científicos suponen que las herramientas se utilizaron hace unos 48 mil años para cazar presas difíciles de atrapar en la selva, como pequeños primates y roedores.
El arco y la flecha formaban parte del inventario de los antiguos habitantes de Eurasia mucho antes de lo que se creía. Un equipo internacional de investigadores ha descubierto evidencias contundentes de su uso en la isla de Sri Lanka, en el océano Índico, que resulta ser el más temprano documentado más allá de África.
Las herramientas tienen unos 48 mil años de antigüedad, más que cualquier otra tecnología similar hallada en Europa, según el estudio publicado estos días en la revista Science Advances.
Los científicos llevaron a cabo el primer análisis microscópico detallado de alta potencia de los materiales hallados previamente en la cueva Fa-Hien Lena, en las profundidades de los bosques tropicales de la zona húmeda de la isla en el océano Índico, y descubrieron que son incluso más antiguos que los que se encontraron en el sureste de Asia y que datan de hace 32 mil años.
Los investigadores sostienen que las puntas de flecha preservadas se usaban para cazar presas difíciles de atrapar en la selva, y otras herramientas de hueso halladas en el lugar quizá eran utilizadas para confeccionar redes o ropa en el ambiente tropical. La última suposición altera drásticamente las teorías tradicionales sobre la relación de ciertas innovaciones humanas con requisitos ambientales específicos.
CAMBIO DEL ENFOQUE SOBRE LOS ORÍGENES DE LA CULTURA MATERIAL
El nuevo estudio demuestra que los arqueólogos ya no pueden vincular ciertos desarrollos tecnológicos, simbólicos o culturales de los humanos del Pleistoceno con una sola región o ambiente, como, por ejemplo, sucedió con los hallazgos de las tecnologías del arco y la flecha en África, que enmarcaron la sabana y entornos marinos como impulsores clave de la caza y experimentos culturales de aquellos tiempos.