La administración pública incluye un cierto desgaste de la imagen del político en turno, ya sea alcalde, diputado o Gobernador. En el quehacer político local, los alcaldes en funciones están a punto de entregar las riendas de sus municipios, en la mayoría de las veces a rivales de partidos.
Es en esta circunstancia cuando la capacidad del saliente y el entrante se puede medir a pulso, durante la transición y en el proceso de entrega recepción.
En Lerdo de Tejada el parentesco familiar entre el alcalde en funciones Hermas Cortés y el alcalde electo Fabián Cárdenas Sosa ha permitido una transición ordenada y en beneficio de la población qué espera no haya falta de servicios imprescindibles desde las primeras horas del próximo año.
En Ángel R. Cabada la situación es diametralmente opuesta. El alcalde Arturo Herviz fue testigo del cuento fracaso político de su hijo en las pasadas elecciones. Derrotado por el empresario Julio García Machucho quien llega abanderado por el partido Morena.
En este contexto, la transición ni siquiera ha iniciado en el municipio cabadense, con un alcalde centralista del poder qué no permite a la sindica única Claudia Santamaría tomar las riendas del municipio qué abandonó a su suerte desde hace 2 meses que fue víctima del covid-19 de forma grave.
En Saltabarranca el alcalde Arturo Lira, conocedor de los tiempos en política, sabe que el poder asumido en su administración era perentorio y está trabajando por dejar un ayuntamiento sin obstáculos para que el próximo alcalde Manuel Rojas, pueda darle respuesta inmediata a su pueblo.
Es la vieja rutina del poder: muerto el rey, viva el rey.
Por Erasmo Fernández Román
Contacto: editorial@ncstv.info