El ganado vacuno es una de las principales fuentes de emisiones de gases de efecto invernadero, principalmente debido a sus flatulencias y eructos cargados de metano qué representan el 37% del volumen mundial emitido.
Un nuevo y detallado estudio ha encontrado más pruebas de que alimentar a las vacas con un pequeño suplemento de algas marinas puede reducir en gran medida sus emisiones de metano, sin afectar a su salud ni al sabor de la carne.
El metano no es un gas de efecto invernadero tan abundante como el dióxido de carbono, pero lo compensa con su potencia: en un periodo de 20 años atrapa 84 veces más calor que el CO2 emitido por autos y fábricas.
Para el nuevo estudio, el equipo amplió los experimentos de dos semanas a cinco meses. Durante ese tiempo, suministraron a 21 reses distintas cantidades de Asparagopsis taxiformis, una especie de alga que crece en las aguas tropicales australianas.
Esta planta marina parece actuar alterando las enzimas del intestino de los animales que producen metano y reduciendo las emisiones de los animales hasta un 82%.